Frasco

Me estrujan el corazón, se me resbalan de las manos, vuelven, caminan e ingresan por mi boca, se me atascan en la garganta, siguen, forman cientos de nuditos en la boca del estómago y se esparcen en cada célula de mi ser.
Voy a tomar estas ansias locas de verte y meterlas en un frasquito, no como a los amuletos, sino como a las calandrias o los cientos de mensajes que terminan perdidos en el mar.
Agarro mis enloquecidas ganas de tocarte, las empujo, las aplasto y se retuercen, se niegan a entrar. Con las dos manos arrojo las respiraciones compartidas, de narices que se chocan y ese aire que se instala tan adentro que los dos nos hacemos uno. Las tomo y hago un bollito a las noches de vinos, besos y conversaciones interminables. Se van los abrazos que funcionan como remedio ante tanta crueldad. Los rompo en mil pedazos a los mates antes de empezar.
Me aturden, me ahogan, los deseos ya no me permiten hablar.
Si estas palabras algún día te llegan, lo que quise decir en realidad, es que por favor, no demores más.

Comentarios

  1. Me encantó... me conectó con los escritos de tu papá...

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    1. Muchas gracias.
      Me sorprende la relación, quizá hay alguna suerte de memoria en los genes. Creo que estoy muy lejos de acercarme a alguien que escribe "de verdad" como él.

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