Carta: Compañero. 11/1



Te escribo esta carta aún sin saber si algún día la vas a leer.
Querido compañero, ¿cómo estás?
Tengo algo que confesarte, no te asustes.
Uso las letras como excusa, aunque puede que por tu altivez ni siquiera llegues hasta acá.
Estos días fueron lindos en las Sierras, hice un pequeño reconocimiento de plantas silvestres: doradilla, palo amarillo, peperina, llantén, burro y cedrón. Conocí pocos lugareños. Las vírgenes acá son animales, duendes o bodoques de madera.
Estoy algo pesimista últimamente. Que pandemia no, que sindemia sí. Que las energías renovables, Ecoconciencia, no usar descartables, hacer huertas, fuego, humo, mucho humo. Compañero, creo que no hay salida. ¿Qué pensarían Bolívar, Felipe Varela, Agustín Tosco, Berta Cáceres o Eva Perón? El planeta se está pudriendo. Lo estamos haciendo. 
¿Cuáles son las osadas razones para creer que luchar todavía tiene sentido?
Está empezando el coro ancestral de coyuyos, significa que hará mucho calor.
En fin, cuidá que el fresco de las noches no te cale los huesos.



Abril

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